FLORENTINO Y FERMINA

“Ambos se iban dejando traicionar por los recuerdos, hablándose sin quererlo, queriéndose sin decirlo, y terminaban muriéndose de amor por el suelo, embadurnados de espumas fragantes”. 


“Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor”.


“- ¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? -Le preguntó. Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses, y once días con sus noches.-Toda la vida -dijo.”



Gabriel García Márquez no es lo que era hace un año. Ahora se me asemeja a un barco que naufraga plagado de imaginación sin límites y también de personajes subidos a bordo que sueñan y aman. También es el sol que se alza cada día y que te irradia con pétalos de margaritas. 


Desde que palpé con mis propios ojos “El amor en los tiempos del cólera” sentí que algo empezaba a temblar y ya nunca más volvería a izarse del mismo modo. Descubrí a un ser mágico, o mejor dicho, a muchos seres mágicos que revoloteaban por páginas y se veían tan reales que todavía sigo teniendo grabado en mí su rostro, sus costumbres o sus manías. Desnudé todos sus encantos o eso sentí yo, porque este libro es un sentimiento que emana desde la laguna más atractiva. Soñé a lo grande saboreando cada circunstancia y cada palabra. 


El amor se abre paso como una dama con capa y sombrero mostrándose altiva y respetada pero se desenmascara y permite sentirla. Sientes un cariño tan tan enorme por ellos que los consideras presentes en la palma de tu mano. Es el libro de las sonrisas; sonrisas calladas y sonoras, sonrisas comprensivas y descaradas. 
Este ha sido el libro que me atrapó la razón, dejándola insabora y mezclándola con tanto delirio que es fugaz.


Creo que cada uno debe leerse cada tomo en un momento determinado, sin impaciencia ni furor. Yo encontré al tren con vagones que se marchaba sin esperar ni llamar a la puerta. Subí tan rápido como me daban las piernas y descansé una vez que lo asimilé. ¿Cómo había podido vivir oníricamente por las noches sin él? Gracias a mi profesora porque mirándonos y escuchándonos supo lo que nos hacía falta, percibir por nosotros mismos al mismísimo Gabriel García Márquez y no por habladurías o juicios vanos.
Por mucho que intente describir esta historia me quedaría siempre corta y sin ideas sensacionales que te hicieran ir a buscarlo. Todo es poco cuando hablamos de él. Faltan metáforas en el mundo esperando a ser tocadas por Gabriel. Faltan personajes escondidos esperando su nombre.


Siento punzadas de miedo cuando pienso en perder su esencia, la misma que me quemó, por ello, me niego a releérmelo y no sentir la mitad de lo que sentí. 


Los que no lo conozcáis solo os pido que lo miréis con ojos furtivos y si la atracción te sube por los tobillos deberías acariciar sus páginas. Te aseguro que después de él todos los demás serán “esos libros” que descansan en estanterías. También hay una película para los más cinéfilos.


Saray Peñarrubia Plaza













Comentarios

  1. Este libro siempre lo recordaré plagado de fragancias de verano, aunque no me lo leyera en verano. Lo recuerdo mágico, leyéndolo sin prisa y junto a ti, me enamoraba de la historia de amor más bella que he leído. Siempre llevará tu recuerdo y el de nuestra Majo. Gracias por haberme acercado a ello una vez más.

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    1. Creo que será un punto de inflexión en nuestros caminos. Siempre fieles a Gabriel. ¡Cuánto amor!

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  2. Yo también siento miedo de volver a leerlo y que no sea igual.

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  3. Sin duda, este libro nos abrió unas puertas que jamás podrán ser cerradas por nada ni por nadie a todas las alumnas inexpertas y expectantes que tenían hambre de descubrir sensaciones. Acabamos encontrando mucho más que eso, y acabamos enamorándonos de ello, sin duda alguna.

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    1. Vino en el momento que nos hacía falta descubrir un mundo maravilloso y soñar a lo grande. Que guay poder compartirlo con vosotras.

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  4. Y así como dato, nunca me olvidaré de las preguntas del examen: de que una de las muchas amantes del "pillín" de Florentino, cuyo nombre no recuerdo, no podía correrse (perdón por la expresión) si no era con un chupete en la boca y de que el loro que espantaba ladrones tenía veinte años.

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    1. Yo nunca podré olvidarme de la pregunta que hacía referencia a la edad del loro. 🤦‍♀️Esa fue la leche.

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    2. A la vez que escribía esto recordaba justo esas dos preguntas. Jaja cuántos quebraderos.

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  5. Habéis sacado a la palestra al maestro. Al MAESTRO. Con mayúsculas. Cualquiera que lea vuestros comentarios diría que superáis con creces la mayoría de edad. Qué cara se le quedaría al descubrir que con 15 años entendisteis la auténtica literatura. La que se te mete dentro y ya no te va a soltar. Las primeras lecturas siempre marcan, pero a García Márquez hay que releerlo una y mil veces. Y cada una será diferente y especial. Hacedme caso. No tengáis miedo a que no sea igual porque va a ser muchísimo mejor. Y la piel se os seguirá erizando como si, a veces, fuera la primera vez.

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