A la vuelta de la página

La primera vez que nuestras vidas se cruzaron fue algo fugaz. Yo hablaba y hablaba, pero con el silencio me desvanecía. La voz es lo que me mantenía vivo. Paso sumergido en un mar de líneas con una pequeña barca, evito que te desilusiones y a veces lo permito para ver tu fortaleza. 


Viajé por donde mis pies me permitían y una vez recorrido el sendero, me integré y me sumergí en vuestras vidas, haciéndoos soñar y nadar por paraísos marinos.

Vivo en las estanterías de las bibliotecas, en las de tu habitación o en algún desván viejo lleno de polvo.

Sentirás el roce ligero de dos manos que se tocan con timidez o que se aprisionan con temor.

Bailarás con las pequeñas enredaderas y cantarás una melodía de la cual nadie conoce la letra, pero todos conocen el ritmo.


Verás una naturaleza plagada de nostalgias, de riesgos, de belleza y pureza. 


Vivirás profundamente y lanzarás por las majestuosas cataratas aquello que no es vida.

Y al final te rindes a lo inevitable y te haré llorar sin saber que hay lágrimas en tus mejillas.

Llorarás desmesuradamente por el picotazo de mi curiosidad pero te harás a ello como todos nos hacemos a los ardientes rayos de sol.

Acariciarás mis páginas de cristal con sumo cuidado transparentando la ira que alcanza tu pensamiento y hace de barrera en tus alucinaciones evocadas por mí. 


En mí también albergo dolor, muertes y desencantos; todo aquello de lo que huyes pero que, a veces, buscas sin pretenderlo. 

Como voz de todos los libros quiero contarte algo: no prometo hacerte reír siempre, pues a veces llorarás y compartirás conmigo la rabia que tengo. Otras veces sí que reirás. Reirás mucho. Y te quedarás embobado en cada página.

Ojalá y me acaricies, mucho.Lo que importa es que me hayas escuchado, pues yo necesito desahogarme como tú de vez en cuando.

Y feliz día del libro.



Gracias a todos los que han aportado su ayuda.







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